Reflexiones sobre Monseñor Romero (II)

Obra de la artista Claudia Mejía
Obra realizada en 2016

Esta mañana rodeado de cientos de personas en el salón de honor del Ministerio de Relaciones Exteriores de El Salvador, con la presencia de S.E.R Nuncio Apostólico Monseñor Santo Gangemi decano del cuerpo diplomático, autoridades de gobierno, familia a Monseñor Romero, artistas extraordinarios que mostraron sus obras de arte de Monseñor Romero para una iniciativa loable por parte de la Oficina de Asuntos Culturales de Cancillería y la Dirección General de Correos.

En la entrada de el evento "Lanzamiento del sello postal alusivo a la próxima canonización del beato Monseñor Romero" dieron una hoja informativa acompañada de una estampa con la oración de intercesión del beato, algo que ya me es familiar gracias a Monseñor León Kalenga- anterior Nuncio en El Salvador- la rezaba en cada misa que el ofrecía, principal promotor con la conferencia episcopal Salvadoreña de esta oleada de querer conocer a Monseñor Romero. Llama mucho la atención que yo era de los pocos editorialistas en este importante evento.

Así como el pueblo Salvadoreño tuvo la bendición de tener al padre de la Patria, el Presbítero José Matías Delgado que lo podemos ver en la Plaza Libertad orgullosamente nacido en San Salvador en 1767 también tenemos a otro gran Obispo que es nuestro nacido en San Miguel en Agosto de 1917.

Hay que seguir recalcando que a Monseñor Romero no hay que utilizarlo como una ventaja ni estandarte político es un amuleto espiritual de la Iglesia Católica Salvadoreña y del mundo que debemos conocer sus homilías, el diario personal, conocer personas que fueron cercanas a él pues sólo así llegaremos al encuentro de la verdadera personalidad del beato y decir, con orgullo que este Obispo de Dios hoy está camino a su santificación.

Yo, como amante a los libros, a las bibliotecas me gusta visitar ocasionalmente la biblioteca del Seminario Mayor San José de la Montaña ubicada en esta capital, tienen una hemeroteca del Semanario Orientación muy versátil y que contiene una información valiosa para aquellos quienes queremos siempre documentarnos más de él, están invitados a visitar bibliotecas o el archivo mismo del Arzobispado de San Salvador para conocerle. En 1978, en una de las portadas de Orientación el beato Papa Pablo VI dió todo su respaldo al Arzobispo Romero, Pablo VI que también hoy camina hacia los altares por el ímpetu que tuvo de dirigir una Iglesia misionera, una serie de reformas doctrinales y en la Eucaristía misma, promotor principal del Concilio Vaticano II, un gran sacerdote tambien Pablo VI, mucho debemos aprender de estos sencillos pastores.

En el salón de honor habían diferentes tipos de fotografías y pinturas de Monseñor Romero, una sorprendente variedad artística que deslumbra a aquellos que siempre somos ávidos de nuevos conocimientos.En las postales que se enviarán desde El Salvador a todo el mundo durante el mes de Octubre tendrán estampas de Monseñor Romero; diferentes personas de distintas profesiones alrededor del mundo vinculan a El Salvador con Romero, muchos que ni saben la lengua castellana se interesan en saber más de él. Uno de los hermanos de Monseñor Romero, quien es don Gaspar me manifestó muy emocionado de la estatua que tienen del beato en la Abadía de Westminster, en Inglaterra ¡Inglaterra! mientras que en El Salvador ni los mismos católicos sabemos que cerca de la Plaza Salvador del Mundo hay una estatua de él.

Finalizo esta breve intervención felicitando a todos los artistas que han promovido la figura de Monseñor Romero, sobre todo la que más capturó mi atención es la de la artista Claudia Mejía que hizo su obra de arte a base de lápiz ¡Yo no salgo del asombro! desde luego que para pintar y dibujar se requiere una vocación desde las venas, mucha paciencia y constancia. Los que nos gusta escribir, dibujar, cantar, bailar, pintar definitivamente somos de un mundo feliz, de una riqueza intelectual que sólo entre nosotros podemos entendernos y nos interesa mucho la opinión pública, la gente es nuestro verdadero tesoro.