Cuando comencé a escribir columnas de opinión en prensa Salvadoreña, especialmente para el último fin de semana de Mayo del año pasado coincidiendo con el nombramiento Cardenalicio de Gregorio Rosa Chávez a decir verdad, no imaginé cuán grande sería el poder emitir una opinión siempre basada en hechos verídicos, no imaginaba que iban a trascender a toda la región Centroamericana mis columnas de opinión.
Pues bien, he querido expresar en este espacio personal algo que con repetición se da entre nosotros los columnistas, desde que yo comencé surgió la pregunta de mis conocidos alrededor: ¿Te pagan por esto o pagas? ¿Vas a vivir de esto? ¿Es muy difícil escribir opinión? Son preguntas que todo concluye con dos sílabas: NO.
En mi caso, lo hago por pasión y por emitir mi opinión, ahora bien, no he estado cerrado a la posibilidad que el día de mañana alguien reconozca mis aptitudes para la redacción y las letras y me contrate de su editor o analista, también para el área académica y me reconozcan honorarios. El objetivo este día es manifestarles que a la gran mayoría de columnistas no nos pagan, lo hacemos para mover la consciencia de las personas, para poder mantener en movimiento la opinión pública que es tan importante para la democracia.
