viernes, 31 de agosto de 2018

La Santa Sede y China Popular



Publicado en el Semanario Orientación fin de semana del 1-2 de Septiembre


Desde los tiempos de los apóstoles de Cristo, no se pudo llegar a evangelizar en países euroasiáticos ni mucho menos Asia por razones lógicas: la época no contaba con medios de transporte como hoy ni la comunicación era tan agilizada como en este milenio en que vivimos por lo tanto China Popular y demás países cercanos no llegaron a conocer la evangelización cristiana como nosotros la conocemos hoy en día gracias a la extraordinaria evangelización de las congregaciones que vinieron a América.

La Santa Sede -en los últimos 40 años aproximadamente- ha procurado entablar una buena relación diplomática con China Popular y poder mostrarse cercanía con la feligresía católica en China. Según ACI prensa con datos oficiales, en 2015 publicaba que en 1980 habían 10 millones de cristianos en dicho país y en 2007 habrían 60 millones, son aproximaciones pues otras estadísticas muestran 100 millones de cristianos en China Popular.

Monseñor Parolin, Secretario de Estado de La Santa Sede en una entrevista para Vatican Insider a inicios de este año explicaba brevemente porqué hay un diálogo permanente de la Iglesia con China Popular, el mencionaba que: los católicos en dicho país han conservado su espiritualidad a pesar de tantas dificultades y además respetan a sus Obispos y a la figura que representa el Papa como sucesor de Pedro; Hay un interés de colaborar en la evangelización en dicho territorio dentro del contexto chino.
Es importante orar por los que aún no tienen el privilegio de vivir una santa misa, de no poder recibir el cuerpo y sangre de Cristo porque aunque seamos de distintas religiones buscamos siempre el bienestar espiritual y la vida eterna (comparando nuestros países con los asiáticos).

Los esfuerzos de diálogo entre Santa Sede y China Popular se han intensificado en los últimos 10 años con los pontificados del Papa Emérito Benedicto XVI y el Papa Francisco. Hay mucha esperanza que el número de cristianos y católicos específicamente en dicho país siga en aumento gracias a sus Obispos.
Dios es amor

Los ataques a la prensa deben ser prácticas del pasado






¿En qué época estamos? ¿Acaso no ya Latinoamérica y en especial los países Centroamericanos ha tenido suficiente censura y ataques a la prensa y libertad de expresión? Parece mentira que aun se tenga pretendido acallar a la prensa o hablar mal de ella cuando un político o cualquier otro personaje se siente incómodo. Esto se veía mucho en los gobiernos de corte militar de la región hace unos 40 o 50 años pero estamos en el supuesto que se ha avanzado en este aspecto y el trabajo de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y la Asociación Interamericana de Radiodifusores (AIR) ha sido tomado en serio.

En esta tribuna editorial he condenado y sigo condenando que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) no concede un libre acceso a los acreditados de prensa para las reuniones que no se ven ni se saben: viajes con fondos públicos por parte del Secretario General Guterres, reuniones a puerta cerrada para definir el presupuesto con el que va a trabajar la organización anualmente, agresiones físicas a periodistas por parte del personal de seguridad y policial. ¡En la ONU!

El caso de este prestigioso periódico: El Siglo; verbalmente y en redes sociales constantemente es agredido por comunicar verdades y esta es la razón primordial del noble trabajo del periodismo que no se debe a otros que a la misma gente, al público televidente, lector u oyente. Muchos me han invitado a escribir sobre la CICIG, no puedo opinar al respecto dado que no resido en Guatemala, no obstante ninguna institución debe omitir que hay ataques frontales a los medios de comunicación y eso es una violación a los derechos humanos, es menester condenar y exhortar a cesar todo tipo de estos ataques. 

En El Salvador no hace mucho, hará quizás unos 15 días que un programa televisivo (muy profesional) que participan dos jóvenes periodistas Saul Hernández y Karen Fernández- quienes conozco personalmente- son parte del segmento periodístico de entrevistas, fueron objeto de burlas y críticas negativas en redes sociales por el “tipo de preguntas” que le hicieron a su invitado en esa ocasión que por cierto, es un candidato a la vicepresidencia de la república salvadoreña.

No puede ser posible que la sociedad quiera una prensa mecanizada, robotizada y estática en la cual no se espere algo más del periodista, la labor del periodista es llegar al fondo de la verdad y por eso puede resultar muy incómodo para muchos pero gracias a los medios de comunicación la sociedad adquiere nuevos conocimientos, coadyuva a un desarrollo sociocultural.

Es hora que la región tenga una verdadera consciencia de la importancia que tienen los medios de comunicación, es ahí cuando entonces nuestro grado cultural subirá de nivel, seremos mejores ciudadanos con los que quieren mantenernos informados periódicamente. Ojalá así sea.

miércoles, 29 de agosto de 2018

Japón y Estados Unidos aliados de El Salvador






Bien se dice que debemos valorar lo que realmente importa (personas, sucesos, lugares) es lamentable que El Salvador no tenga lineamientos definidos en su política exterior, no hayan bases sólidas del porqué hemos abierto y cerrado relaciones diplomáticas con terceros Estados, lo más reciente que ya todos conocen la ruptura con un gran socio comercial para El Salvador como es Taiwán. Japón y Estados Unidos son socios bastante influyentes para lograr nuestro desarrollo socioeconómico como país, es de mantener y alimentar siempre las buenas relaciones con dos países que cooperan tanto.

Asahi Shimbun, que es un periódico muy leído en Japón con fecha 11 de Agosto publicó la noticia de la visita de la comitiva del Ministerio de Economía Japonesa a Estados Unidos, un ambiente de cordialidad, apertura y disposición de que ambos países trabajen de la mano para aumentar sus exportaciones y mejorar sus mercados. “Se busca cómo mejorar nuestra relación comercial entre Japón y Estados” manifestó el ministro de economía japonés Toshimitsu Motegi[1]. De este tipo de acciones son las que El Salvador debería de aprender muy bien, estos países son los que tienen una prosperidad económica, democrática y social.

Japón es un socio comercial estratégico para El Salvador y debemos verlo como un aliado nunca como enemigo, es de hacer memoria que a través de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) se pudo realizar la construcción del Puerto de La Unión además, ellos realizaron un Plan Maestro para reactivar la zona Oriental Salvadoreña, son aliados nuestros que procuran nuestro desarrollo.

La Prensa Gráfica elaboró un excelente reportaje el 27 de Agosto en el que el embajador Japonés- Kazuyoshi Higuchi- manifestó en la entrevista que ambos países mantienen una buena relación diplomática desde hace 83 años aproximadamente, que el Puerto de La Unión no debe de prestarse para usos militares foráneos dado que no fue concebido para ello[2]. La mejor forma de responder positivamente a Japón con el Puerto de La Unión es haciéndolo funcionar, que el ferry de una vez por todas se eche a andar.

En cuanto a Estados Unidos, es bueno que ellos estén muy involucrados también en la generación de empleos, mejorar la educación, mejorar infraestructura y sistema vial todo eso a través del FOMILENIO I y II, Alianza para la Prosperidad y otra cantidad de proyectos de desarrollo que dicho país proyecta con nosotros.

Es bueno, si, pero más bueno debe ser la cordialidad de El Salvador como Estado para mantener una relación sana con dicho país, llamar al inversionista norteamericano o de cualquier otro país siempre y cuando el país garantice un sistema democrático ordenado y de respeto.

Estados Unidos y Japón son aliados nuestros, han procurado el desarrollo socioeconómico, son países que tienen un sistema republicano, democrático y representativo. Países como los mencionados deben ser nuestro faro, nuestro ejemplo a seguir y saber que están en nuestro territorio dispuestos siempre a cooperar para ser mejores es algo que nos debe de transmitir empatía como país, gobierno y Estado hacia los gobiernos y ciudadanos de dichos países, redefinamos nuestra política exterior, lo necesitamos.