jueves, 8 de marzo de 2018

Pablo VI y Monseñor Romero por los no nacidos






Periodistas vaticanistas residiendo en Roma, hace meses publicaban la noticia que al Papa Pablo VI (Beato) se le había atribuido un milagro en los niños no nacidos, inmediatamente pensé que sería el Papa de los no nacidos, de los niños indefensos que crecen dentro del vientre de su madre. Pablo VI era absolutamente humanista, tal como se pueden leer en sus cartas encíclicas sobre todo la Populorum Progressio, que sigue vigente hasta nuestros días.
Comenzando Marzo del año corriente, se publica a primera hora de la mañana hora Centroamericana que Pablo VI tiene un nuevo acompañante en su canonización ya aprobado por el Papa Francisco- anteriormente aprobado por el colegio Cardenalicio- se trata de uno de los salvadoreños más reconocidos de forma global: Monseñor Romero. La canonización de Monseñor Romero se venía esperando desde hace décadas por un gran segmento poblacional de la feligresía católica de El Salvador, que también se le atribuye a un milagro de un ser no nacido.

El Papa Francisco desde Marzo de 2013 que está al frente del Pontificado de la Iglesia Católica ha proporcionado noticias y sucesos sorpresivos, como la reforma a la Curia Romana- ya en proceso- nuevas disposiciones en base al derecho Canónico a las personas que han contraído segundas nupcias, nombramientos Cardenalicios como el del Obispo Gregorio Rosa Chávez, la permanente cercanía con el Papa Emérito Benedicto XVI buscando sus consejos.

Hay algo muy importante que su servidor quisiera mencionar en el presente artículo, los beatos Pablo VI y Monseñor Romero eran buenos amigos, si, por la razón de que ambos tuvieron siempre en mente que la justicia para los más pobres fuera realidad, algo que está en la misma sagrada escritura, la justicia, el bienestar social y sobre todo colocar siempre en el centro a la persona humana, algo tan difícil en nuestros días, en medio de un ambiente global en el que la persona queda en un segundo lugar. El materialismo, relativismo, la indiferencia ante los grandes problemas que nos aquejan a todos ha contagiado desde los más jóvenes hasta los adultos.

El Papa Francisco ve a una Latinoamérica fructífera en desarrollo humano, espiritual y vocacional, ejemplo de lo que estoy diciendo es el próximo cónclave para toda la juventud del mundo, que se dará cita en Panamá por la Jornada Mundial de la Juventud, primera vez que se realiza en un país Centroamericano, esto es un llamado claro a que la región tiene que ir al encuentro de una sociedad en donde jóvenes y adultos podamos procurar el desarrollo económico en nuestras ciudades.


Es el momento para celebrar, desde luego que si, es una oportunidad para la reconciliación nacional de verdad tal como dijo el Cardenal Rosa Chávez en un noticiero matutino inmediatamente se supo la noticia, no obstante, yo desde este espacio animo a que no se politice este evento que es exclusivamente de la Iglesia Católica, no hay lugar para sensacionalismos políticos a raíz de este suceso pues fuese un error muy grande.