Publicado en Semanario Orientación el día 24 de Junio 2018 |
El hermano país de Nicaragua sufre en estos
momentos una crisis social aguda, por bendición de nuestro padre celestial la
vinculación que la Conferencia Episcopal de Nicaragua ha podido tener ya con
estudiantes universitarios Nicaragüenses ha sido bastante importante para
iniciar un proceso de búsqueda de democratización electoral y política de dicho
país, aclaro que con este artículo no pretendo inmiscuirme en asuntos internos
de dicha república pues dicha problemática social deben resolverla los mismos
Nicaragüenses.
Las diócesis de Masaya, Jinotega y Managua
han denunciado en comunicados oficiales amenazas hacia sacerdotes de la
diócesis, es lamentable también cómo se ha ido desarrollando una serie de
calumnias e injurias en redes sociales en contra de Monseñor Silvio Baez,
Obispo auxiliar de Managua. En las calles de Managua se vive un ambiente tenso,
paramilitares atacan sin piedad a manifestantes estudiantiles que sólo piden
que haya una pacificación democrática, que exista justicia y que haya verdad.
Un amigo periodista me decía cuánto les ha servido la enseñanza de Monseñor
Romero en la lucha por la justicia, que los estudiantes de Nicaragua quieren
tomar ese ejemplo.
Ya con la participación del Nuncio Apostólico
nombrado para Nicaragua (Monseñor Stanislaw, polaco) se espera que el diálogo
nacional sea más fluido, muchos estudiantes universitarios tienen mucha
confianza que Stanislaw puede ser bastante importante en la promoción de
derechos humanos, el Papa Francisco está al tanto de esta triste situación en
la que también la Iglesia sufre persecución: sacerdotes y monjas han sido
torturados, desaparecidos o amenazados a muerte. El Papa, ruega para que haya
un diálogo transparente y que busque el bien común.
Nosotros los salvadoreños podemos ayudar con
nuestra oración, que en cada misa en las parroquias de las diócesis de El
Salvador se ruegue la mediación de los sagrados corazones de Jesús y María para
la consecución de la justicia y democracia en la hermana república de
Nicaragua, especialmente para que la Iglesia tenga un rol protagónico con los
más indefensos y necesitados, aquellos que sufren, las madres que lloran y los
estudiantes universitarios que sufren todo tipo de ataques.
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