Muy poco se estudia o conversa en foros internacionales
de la necesidad de que Centroamérica pueda tener una política migratoria que
generalmente siempre lo escuchamos por parte de países como México, Estados
Unidos, Canadá, España e incluso Australia, no obstante existe una masiva
migración interna en la región sobre todo en Costa Rica y Panamá.
En la grave coyuntura sociopolítica de Nicaragua, sumado
ya con la violencia que se suscita en el triángulo norte de la región se ha
visualizado que muchísimas personas solicitan refugio en Costa Rica y Panamá,
es más, se sabe que también los ciudadanos venezolanos que huyen por políticas
del presidente Maduro migran hacia los países mencionados.
El 25 de Junio del año corriente el diario La Nación
(costarricense) publicó que autoridades migratorias están concediendo alrededor
de 1.000 citas semanales para refugio de ciudadanos Nicaragüenses, sin embargo
esto no logra cubrir las necesidades y demandas que dichos ciudadanos tienen a
causa de lo sucedido en Nicaragua dado que ellos buscan un trabajo y salario
fijo para poder obtener una residencia permanente en caso de ser posible. El
semanario de la Universidad de Costa
Rica había publicado el domingo pasado que los Nicaragüenses que ya obtuvieron
visa costarricense se les ha concedido una prórroga de 6 meses.
No hay que ignorar esta migración que se tiene en
Centroamérica, es un problema humanitario probablemente no de esta década, se
tiene esta problemática décadas atrás pero como los gobiernos sólo han puesto
su máximo esfuerzo en los migrantes que se nos van hacia el Norte y no los
migrantes que se reciben dentro del vecindario.
Afuera de la oficina de Migración en Costa Rica pueden
observarse filas largas de personas solicitando espacio, audiencia para poder
obtener este permiso especial, hay sacerdotes asistiendo a esta enorme cantidad
de personas ayudándoles en la oración y acompañamiento para superar este vacío.
Entonces, en Centroamérica también se tiene un TPS y poco
sabemos de ello pues casi no se platica en reuniones oficiales ni foros
internacionales. Mencionado lo anterior las organizaciones no gubernamentales
tienen un reto bastante grande en la migración que recibimos y estar sabedores
de la coyuntura que el Triángulo Norte y Nicaragua viven, diferentes tipos de
violencia pero que al final afecta a la economía general de la región.
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