Elaborado por: Eduardo Cioppi
Miembro del Comité de dirección de mAbxience
La llegada de los
medicamentos biosimilares ha tenido una repercusión muy significativa en el
ámbito de la medicina por varios motivos: posibilitan el acceso a un mayor
número de pacientes, mejoran la calidad de vida, amplían el abanico de opciones
terapéuticas y contribuyen a la sostenibilidad de los sistemas de salud de todo
el mundo.
Como ocurrió con la
llegada de los medicamentos genéricos, su implantación supone un importante
ahorro para los Estados. Sólo en España, los medicamentos genéricos le han ahorrado
a la sanidad pública desde que llegaron al país, hace 20 años, alrededor de 20.000
millones de euros, 1.500 millones de euros al año.
Cuando hablamos de
medicamentos biosimilares nos referimos a fármacos biológicos, con moléculas
complejas de un tamaño mucho mayor, que requieren para su producción organismos
vivos y con un proceso de fabricación mucho más complicado, todo ello basado en
la biotecnología. La insulina para los diabéticos, o los anticuerpos
monoclonales para el cáncer, que han salvado la vida a miles de mujeres con
cáncer de mama, son ejemplos de medicamentos biológicos.
En los últimos años,
los medicamentos biosimilares también están haciendo que el precio de los
biológicos descienda, aunque de una forma menos pronunciada, pero llegando a reducciones
de entre un 20 a un 40%, lo que beneficia a pacientes y sistemas de salud. La Administración
de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA, por sus siglas en inglés) ha publicado
que el costo actual para el desarrollo de un biosimilar es de unos 300 millones
de dólares, significativamente más elevado que el coste de desarrollo para una
pequeña molécula genérica.
Según la consultora
IMS Health, solo en España, se calcula que los biosimilares podrían suponer
1.500 millones de euros de ahorro entre 2014 y 2020, si se incorporaran las versiones
libres de todos aquellos medicamentos biológicos, una vez que éstos carecen de derechos
de exclusividad. Este ahorro se podría incrementar a partir de 2020 como consecuencia
del ritmo de expiración de las patentes de medicamentos biológicos.
Este es el caso de
los medicamentos biosimilares de mAbxience, compañía biotecnológica internacional,
especializada en la investigación, desarrollo y fabricación global de medicamentos
biosimilares, parte del grupo farmacéutico Insud Pharma, antes Grupo
Chemo, que cuenta con
dos plantas de producción de última generación, una de ellas en Argentina.
Desde que están
disponibles en Latinoamérica, los medicamentos biosimilares de mAbxience han
sido utilizados con éxito en más de 10.000 pacientes de la región, con más de
dos años de seguimiento, demostrando efectos similares a los originales en la
mejoría de la calidad de vida y su prolongación.
Los biosimilares son
una alternativa que ya ha permitido ahorrar -y lo seguirá haciendo- a los
sistemas nacionales de salud, promoviendo la sostenibilidad de los mismos y garantizando
el acceso de los pacientes a los medicamentos.
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