Sin desacreditar las obras de arte del fallecido Fernando
Llort es necesario reflexionar mucho de un escándalo que se ha dado en las
redes sociales y que es bueno poder hacer memoria dado que el salvadoreño por
lo general, por la atención mediática de cada semana provoca que se nos olviden
noticias y sucesos de años anteriores.
Muchos mensajes de condolencia se han podido observar lo
cual cada quien es libre de hacerlo, no obstante, no es válido atacar a la
Iglesia en esta coyuntura expresando lo siguiente: “Fue ignorancia que
destruyeron el mural de Llort de la Catedral Metropolitana”. El Arzobispo
Monseñor José Luis Escobar en una conferencia de prensa en Febrero de 2012,
manifestó que no es arte sacro dado que tenía contenido masónico- de los
masones que es una agrupación totalmente contraria a la fe cristiana y sus valores-
lo difundieron incluso en diarios católicos de España explicando esto.
Monseñor Escobar hizo muy bien en llevar a cabo tal
decisión ya que la Catedral es un recinto religioso y además está normado en el
Catecismo de la Iglesia numerales 2502 y 2503 que los Obispos deben velar por
el verdadero arte sacro en edificios de culto, estar atento cuando no está de
acuerdo con la verdad de la fe y la auténtica belleza del arte sacro. Siempre
ha habido noticias falsas y difamatorias en cualquier medio de comunicación
pero siempre es bueno informarse, leer para saber la verdad y no difamar a la
primera oportunidad.
Yo sí le creo al Arzobispo y a la Iglesia, la sociedad
muchas veces ignora informaciones como ésta y el daño que hace nuestra vida
espiritual, puede verse extraordinaria la obra de arte pero si contiene algo
que atenta contra la fe, es necesario removerse.
Por lo tanto, no es antojadizo que Monseñor Escobar haya
hecho tal destrucción del mural, es algo que está dentro de las reglas que
rigen a la misma Iglesia, la Catedral Metropolitana es algo que pertenece a la
Iglesia y no es un museo de arte.
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