Refiriéndome al caso de la Unión Aduanera entre la
república de Guatemala y El Salvador, que son países participantes de un
sistema de integración económica centroamericano, en ello va implícito el tema
comercial bilateral que desde luego es de vital importancia para poder hacer
más visible el desarrollo económico tan anhelado por nosotros los
centroamericanos.
Con datos oficiales
en el primer semestre del año en curso, nuestra vecina Guatemala representa el
13% de exportaciones totales para El Salvador, según datos de comercio exterior
del Banco Central de Reserva de El Salvador, como también estadísticas proporcionadas
por el Banco De Guatemala en
donde El Salvador representa el 15% dentro de una cifra absoluta
centroamericana del 36.5%, dato estadístico que ubica a El Salvador como el
socio mas importante para Guatemala en las exportaciones centroamericanas
totales.
De igual forma el organismo Promotor para las Exportaciones e
Inversiones en El Salvador (PROESA) en un estudio de mercado presentado en el
mes de Mayo del año corriente, destaca que Guatemala con El Salvador representa
el 55% del comercio de bienes con $ 17,500 millones y $2,750 millones en
servicios, reflejando la conexión entre ambas economías.
El Banco Central de Reserva de la
República de El Salvador a finales
de Junio del presente año afirmó que “Los
socios comerciales con mayor participación fueron: Guatemala y Honduras con US$
606.6 millones. Ambos países representan el 70% del total exportado.
Concatenando
lo anteriormente mencionado hay convenios promotores de Uniones Aduaneras entre
Guatemala y El Salvador en los que principalmente se busca tener una fuerte
afluencia turística, comercial y de negocios, desafortunadamente, existen
enormes inconvenientes a causa de tardanzas
burocráticas en las respectivas aduanas terrestres al momento de cruzar
con dichas finalidades en ambas repúblicas.
Existen
enormes problemas en puestos fronterizos que ralentiza absolutamente a que este
comercio bilateral se vea mejorado y facilitado; ejemplo de ello, el descuido
en infraestructura en que se encuentra el puente que nos une con Guatemala de
Las Chinamas a Valle Nuevo para todo transporte de carga pesada (furgones y
rastras principalmente) limita el tránsito a furgones inferiores a 18 toneladas.
Se puede deducir con facilidad que no hay voluntad gubernamental en mejorar el
estado de la infraestructura de dicha frontera.
Se
ha tenido y se sigue teniendo una ausencia de coordinación interinstitucional
por un desinterés de Estado sobre todo en la última década, a consecuencia de
ello- entre los principales problemas- un transportista de carga en la frontera
La Hachadura- Pedro de Alvarado -frontera que en su mayoría es para fines de
intercambio comercial- solo para cruzar frontera y esperar que todo trámite
aduanero se realice hace una espera de 20 a 24 horas aproximadamente que muchas
veces esto se prolonga aún más por problemas con causas políticas de ambos
territorios.
Para
concluir, estas tardanzas en puestos fronterizos aleja toda posibilidad de
mayor inversión con la vecina república como una de las principales razones,
esto crea una exigencia que debe tenerse como planificación estratégica de
Estado-no de gobierno- el tema logístico
terrestre, ya que por la vía mencionada es donde se tiene mayor flujo comercial
dentro de la región centroamericana específicamente con Guatemala, de no ser
así nuestros países se quedan atrasados en posicionamiento logístico-comercial
por una carencia de la verdadera facilitación del comercio y la unión de
aduanas, acciones que condenan al retroceso de nuestro país en la era global.
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